La Mano se ergue das areias de Punta logo na chegada

Punta del Este

América del Sur

CLIMA: las cuatro estaciones están adecuadamente definidas, con temperaturas máximas y mínimas promedio entre 15°C y 7°C en junio, y 28°C y 18°C ​​en enero. Las lluvias están adecuadamente distribuidas a lo generoso del año, pero los meses de febrero, marzo, abril, septiembre y octubre son los más lluviosos. La primavera suele ser húmeda, fría y ventosa; el verano, caluroso; otoño, templado; invierno, frío y húmedo. En primavera e invierno suele soplar un esforzado singladura frío llamado Pampero. La mejor época para visitarla es el verano, entre diciembre y marzo.

HUSO HORARIO: al mismo tiempo que Brasilia.

DOCUMENTOS: No se requiere visa de turista previa para Uruguay, ni vacunas.

COMO LLEGAR: Hay vuelos directos al aeropuerto de Punta del Este durante la temporada reincorporación, pero la forma más económica de durar es tomar un revoloteo a Montevideo y, desde el aeropuerto, tomar uno de los frecuentes autobuses que van a la costa. Son dos horas por carretera y unas pocas paradas hasta el difícil.

ALOJAMIENTO: Emplazado muy cerca de la tiempo de autobuses y de la península de Punta del Este, El Viajero Brava Beach ofrece una alojamiento económica y sencilla en medio del fastuosidad y precios exorbitantes del resort más publicitado de Sudamérica. Las instalaciones del hostel son un poco antiguas, pero limpias, y atracciones como La Mano y la Playa Brava de Nome están a sólo unos minutos a pie. Una gran opción para quienes buscan una buena relación calidad-precio.

Despabilarse más opciones de alojamiento en Punta del Este

COMO NAVEGAR:
A pie: valentísimo para moverse por la península, pero no hay forma de desplazarse por las zonas circundantes, como Punta Ballena.
Transporte divulgado: hay autobuses precarios pero baratos. Son la opción para quienes no tienen coche y quieren ir más allá de la península.
Taxi: utilícelo sólo como postrer expediente, ya que son caros.
Coche – si la idea es recorrer todo el resort sin preocuparte de cuándo regresar, es la mejor opción. Pero confieso que no estuve en temporada reincorporación para retener si hay atascos.

MAPA VIAL:

Día 1 – Martes, 16/11/2010

Llegamos a la tiempo de autobuses de Punta del Este en una tarde helada. El sol que se había anunciado en el aeropuerto de Montevideo no se confirmaba en la costa, y fuertes nubes presagiaban nuestra estancia en el resort más VIP de América Latina. Pero, como buenos turistas, dejamos nuestras cosas en el hostal y nos dirigimos al Paseo Peatonal de Madera, frente al renombrado hotel y casino Conrad. Como no nos gustan los juegos, nos conformamos con las fotos fuera del extravagante edificio. Nuestra comicios fue observar el atardecer en Playa Mansa, desde donde se puede observar descendiendo alrededor de el Río de La Plata. La chubasco nos hizo retroceder y pensamos que sería mejor terminar el día allí.

En Playa Mansa la idea es ver el final del día

Día 2 – miércoles, 17/11/2010

Nos levantamos a las 9 de la mañana y pisamos la Avenida Gorlero, la principal de la ciudad, a las 10 en punto. No tuvimos que ir muy remotamente para comprobar que el renombrado horario noctámbulo de Punta de Leste no es una exageración para los turistas: muy pocas tiendas estaban abiertas y las calles parecían desiertas. Encima, hacía tanto frío que nos vimos obligados a comprar algunas prendas extra, ¡incluida una blusa de pelusa y una echarpe! Mejor armados contra el tiempo, seguimos caminando y mirando los escaparates de galerías comerciales, restaurantes, cines y casinos. En Praça Artigas hubo una feria de artesanía popular. En la calle 20, paralela, hay tiendas de diseñadores como Louis Vuitton, Versace, Valentino e Ives Saint Laurent, pero todas seguían cerradas, ya que la temporada reincorporación comenzaría recién en tres semanas, en diciembre. Recorrimos todo Gorlero, admirando los puntos donde se ve el mar por los cuatro lados (esto se debe a que la ciudad está situada en una península). Llegamos a la Rambla Artigas, un paseo que rodea todo el resort y donde se encuentran los bares y restaurantes de moda. Pero el viejo atractivo es la convocatoria Punta de La Punta (no, no es un mecanismo de palabras), el punto más reformista de la ciudad en el interior del océano, donde hay un mirador para apreciar el furioso discusión del mar y el río. Desde este punto a la izquierda nos dirigimos alrededor de Playa Brava. Antiguamente de durar hay una punta de rocas en el interior del agua donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria. Las piedras que lo rodean están formadas por placas de agradecimiento dejadas por los fieles. En la misma playa se encuentra La Mano, la maleable de presentación más famosa de Punta.

La Mano surge de las arenas de Punta al llegar

La Mano surge de las arenas de Punta al durar

El monumento del chileno Mario Irarrazabal es una mano gigantesca cuyos dedos se elevan desde la arena y permite tomar excelentes fotografías. Desde allí cortamos la península por la porción y terminamos en el puerto deportivo, al otro banda. El extensión está «habitado» por cientos de lanchas rápidas y yates de fastuosidad, ya que la jet set mundial áncora allí en verano para disfrutar de los clubes que, según dicen, son los mejores del hemisferio sur (como no fuimos a ningún, creo). No tengo forma de confirmar esta información, él). Pasado el puerto, la rambla da paso al Paseo Peatonal de Madera, que sólo termina frente al hotel Conrad, en el punto donde habíamos estado el día aludido. Hay bancas, miradores y un quiosco que se convertía en un deleite cuando unos rayos de sol lograban atravesar la barrera de nubes sobre nuestras cabezas. Almorzamos en Gorlero, en el baratísimo Il Mondo de la Pizza. Habiendo comido a la hora habitual lugar, las cinco de la tarde, decidimos que la cena solo consistiría en bocadillos y cerveza Patrícia, comprados en el mercado y llevados a la rambla cercana al puerto. Así vimos enrojecer las luces de todos aquellos barcos cuando llegó la perplejidad. El espectáculo compensó la calabobos y el singladura, pero acabaron llevándonos a consumir la perplejidad en el cálido albergue.

El puerto deportivo reúne a los barcos de la jet set

El puerto deportivo reúne a los barcos de la jet set

Día 3 – Jueves, 18/11/2010

Inoculados con la inutilidad de levantarnos temprano en Punta, dejamos que el clima todavía desagradable nos mantuviera en la cama hasta rodeando de las 10 a.m. Tomamos un buen café y esperamos la furgoneta que nos llevaría a hacer el city tour recomendado para poder durar a las extrarradio de la ciudad, ya que no íbamos a traspasar coche. Había varios brasileños en el trayecto, lo que normalmente me irrita, pero el rumbo fue divertido e insistió en musitar portugués, y terminé dejándome ‘ser un turista’ por unas horas. El trayecto recorrió la península, que ya conocíamos, y nos detuvimos en el faro de 45 metros situado en el casco histórico de la ciudad, próximo a la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria. No se puede entrar al edificio de 1860, pero tomamos fotografías exterior. El firmamento se fue abriendo poco a poco y ya estaba soleado cuando llegamos al puerto. El extensión es punto de discusión de lobos y lobos marinos, quienes llegan a la orilla para manducar restos de peces. Se acercan mucho y realizan acrobacias en las aguas transparentes. De dorso en la furgoneta, dimos un paseo por los barrios chic de Punta, que se encuentran fuera de la península. Entre jardines muy verdes aparecen mansiones que alojaron a presidentes y hoteles cuya tarifa diaria equivale a mi salario. Vigésimo minutos al finalidad se encuentra La Mostrador, un resort popular entre los jóvenes ya que es un extensión para practicar surf, especialmente Playa Bikini. Para durar cruzamos ‘con emoción’ el Puente Leonel Viera, más conocido como el Puente Ondulado. La sensación era que la furgoneta se iba a sumergir en las aguas del Arroio de Maldonado. Llena de pequeños restaurantes, bares y tiendas de artesanía, La Mostrador se siente más relajada que Punta. Lamento no sobrevenir trillado la playa, pero eso es para un delirio futuro.

Lobos marinos y lobos marinos hacen espectáculo en el mercado de la marina

Lobos marinos y lobos marinos hacen espectáculo en el mercado de la escuadra

Continuando con el city tour, pasamos rápidamente por la ciudad de Maldonado, en cuya facultad se encuentra Punta del Este, para finalmente dirigirnos al punto culminante del trayecto: Casapueblo. El camino hasta allí es por la hermosa Ruta Panorámica. El camino está sobre un precipicio con forma de impertinencia y trasero de ballena, por eso el extensión se candela Punta Ballena, y desciende alrededor de el mar hasta un mirador desde donde se puede observar Punta del Este. Subimos de nuevo desde el ‘rabo’ hasta la entrada del edificio, que está en lo suspensión de la ballena. La casa de la escultura fue construida por el intérprete Carlos Páez Vilaró usando sólo sus manos durante 35 abriles y se asemeja a las casas blancas que vemos en las fotos de las islas griegas. El museo del intérprete, restaurantes y un hotel se encuentran en el extensión. Pero las obras no son el punto principal del extensión. El principal atractivo son los numerosos balcones del edificio, orientados alrededor de la Plata, desde donde se puede ver la puesta de sol sin obstáculos. Hay mesitas y una mostrador para aquellos que quieran disfrutar del momento con un morapio blanco frío o champagne. Porque es de los que efectivamente merece una bebida premium. Cuando la sino se acerca a las aguas, de los altavoces sale una suave canción y un poema de Villaró que acompañan el ‘zambullida’ en el río. No pude contener las lágrimas. Allí terminó el trayecto y regresamos al albergue. Con la expectativa de que el clima siguiera siendo bueno al día subsiguiente, rápidamente cenamos un chivito superhombre en la sucursal lugar de La Pasiva –el Mc Donalds de la comida uruguaya– y nos acostamos temprano.

El atardecer en Casapueblo es el mayor atractivo de Punta

El atardecer en Casapueblo es el viejo atractivo de Punta

Día 4 – Viernes, 19/11/2010

Cuando despertamos estaban ahí, el sol. Saltamos de la cama probablemente antiguamente que nadie en la ciudad y nos dirigimos a la famosa Playa Brava. El nombre proviene del mar extenso, de esforzado oleaje y agua fría. Invariablemente empachado en temporada reincorporación, el extensión estaba infructifero ese viernes y aprovechamos para extender nuestros pareos en la arena y disfrutar del calor. Para comer decidimos hacer un picnic allí mismo, comprando dulces y Patricia en un mercado cercano. Cuando el sol pasó al otro banda de la península, llegó el momento de cambiar de playa y nos fuimos a Mansa, que está en Plata. La marcha de singladura y el agua menos fría me animaron a dar un corto baño. Y así fueron pasando las horas hasta que el sol se puso frente a nosotros sobre las aguas del río, casi a las 9 de la perplejidad. Nuestra despedida de la ciudad fue por todo lo suspensión: juntamos todos los pesos que nos quedaban para compartir un helado Freddo, considerado el mejor del mundo. Hay una sucursal de la esclavitud argentina en Gorlero y otra en Calle 20. El cono de dulce de cuajo fue la contraseña de oro con la que cerramos nuestra entrevista a Punta del Este.

El consejo es disfrutar de Playa Brava en la primera parte del día

El consejo es disfrutar de Playa Brava en la primera parte del día