Walhalla , el Partenón alemán, se encuentra en una posición majestuosa sobre el Danubio, en las cercanías de Ratisbona. Este edificio neoclásico en forma de templo representa uno de los monumentos alemanes más importantes y bellos del siglo XIX.
Quizás ya hayas escuchado este nombre, porque Walhalla sería el “paraíso” según la mitología nórdica, donde estaría el destino de los heroicos muertos. Allí disfrutaban de la vida eterna los guerreros más nobles e intrépidos, quienes morían en el campo de batalla, elegidos por Odín (el dios de mayor nivel en la jerarquía de esta mitología).
Inspirado en este concepto, el edificio fue construido a petición del rey Luis I de Baviera, con el deseo personal de inmortalizar un lugar de recuerdo de hombres y mujeres alemanes de extraordinarios méritos, como inspiración y punto de referencia para la futura nación. El responsable de la selección inicial de las personalidades a homenajear fue el historiador Johannes von Müller.
El Walhalla comenzó a construirse en 1830, bajo la visión del arquitecto favorito de Luis I, Leo von Klenze (1784-1864), uno de los arquitectos neoclásicos más importantes del siglo XIX. El diseño de Klenze se inspiró principalmente en el famoso Partenón de la Acrópolis de Atenas, que data del año 5 a.C. Originalmente, el objetivo de Luis I era albergar el «Salón de las Expectativas», que albergaría los bustos de las personas que serían honradas en el futuro, donde inspirarían y enorgullecerían al pueblo germánico.
Originalmente se seleccionaron 96 bustos, colocados a lo largo de las paredes del interior del edificio, en honor a escritores, clérigos, científicos, guerreros y otros hombres y mujeres elegidos por Luis I y sus consejeros. Entre los bustos originales podemos destacar los de Lutero, Beethoven y Mozart.
Sin embargo, desde 1962, se han añadido nuevos bustos cada cinco a siete años, y hoy encontramos 130 bustos y 65 placas (las placas fueron hechas para personas de las que no había retratos ni descripciones disponibles para modelar las esculturas) que alegran el interior. Albert Einstein fue uno de esta nueva ola de homenajeados, al igual que Wilhelm Conrad Roentgen, responsable del descubrimiento de los rayos X. La elección de las personalidades a ser homenajeadas fue responsabilidad del Consejo de Ministros de Baviera, asesorado por la Academia de Ciencias de Baviera. Ciencias. Desde 2016, el Walhalla está gestionado por la Administración del Palacio Bávaro.
Sobre los bustos se encuentra el friso pintado por el artista Martin von Wagner, que representa la historia idealizada del pueblo germánico desde los primeros inmigrantes hasta la cristianización en la Alta Edad Media.
