CLIMA: Es tropical seco, lo que garantiza una temperatura media de 27ºC durante todo el año en la isla, refrescada por un singladura constante. Los meses más fríos son enero y febrero y los más lluviosos son de octubre a diciembre. Pero incluso en esta época, las precipitaciones son muy escasas y los días de mal tiempo son raros.
HUSO HORARIO: una hora menos en comparación con Brasilia.
DOCUMENTOS: No es necesario presentar visa previa ni ningún certificado de inmunización.
ALOJAMIENTO: La mejor atrevimiento que tomé en nuestro alucinación a Curazao no fue alojarme en un todo incluido con playa privada, sino en una posada encaramada sobre las rocas al oeste de la isla. All West Curaçao no tiene recibimiento ni nadie que pueda atenderlo diariamente – si necesita poco tendrá que dejar una nota a la señora de la pureza o destinar un correo electrónico al propietario, que se encuentra en la escuela de zambullida. del mismo nombre no allí de allí. Entonces, ¿cuál es la gran superioridad de quedarse allí? Alquilas un coche directamente en la posada, te recogen en el aeropuerto, te dan un atlas y te enseñan cómo aparecer a la caudal, Willemstad, para hacer compras y luego a la región de All West, donde no hay bares ni mercados. (Por eso es necesario aparecer cargado de combustible). La posada está ubicada sobre una roca y, debajo de ella, el increíble zarco fluorescente del Mar Caribe. Todos los apartamentos cuentan con cocina y un GRAN oteador, con mesas y tumbonas para que puedas contemplar uno de los atardeceres más bonitos del mundo desde tu cabaña. Encima, All West se encuentra en pleno corazón del llamado Westpunt, la región con las playas más paradisíacas de la isla. Luego, no tardarás más de 45 minutos en aparecer a ningún de ellos.
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COMO NAVEGAR:
A pie: a diferencia de Aruba, es ficticio esperar sólo en las propias piernas para conocer Curazao. Todas las playas están alejadas unas de otras y hay que coger la carretera para desplazarse.
Transporte conocido: los autobuses son precarios y escasos, vimos muy pocos viajando por las playas.
Taxi: no los utilizamos, pero deben existir en la caudal, Willemstad. Aun así, está allí de las playas y pasar no debería ser asequible.
Coche: no hay forma de ir a Curazao sin un coche, a menos que te alojes en un resort con todo incluido y solo tengas intención de realizar visitas guiadas. Esto se debe a que quienes se quedan en Willemstad necesitan una hora por carretera para aparecer a las playas, y quienes se quedan en las playas no pueden recorrer entre ellas sin un transporte ni abastecerse en la ciudad.
MAPA VIAL:
Día 1 – Domingo, 20/03/2011
Llegamos al aeropuerto de Curazao desde la vecina Aruba, a lado de un teco-teco que incluso tenía un desgarro en el techo pegado con cinta adhesiva. El dueño de la posada que habíamos reservado ya nos estaba esperando, con el coche que alquilaríamos esa semana, y nos explicó cómo aparecer. Seguimos las instrucciones y emprendemos el alucinación de una hora por una carretera asfaltada pero sencilla hasta la región conocida como Westpunt, donde se encuentran las playas más hermosas del país. La posada colgaba de un abismo sobre el mar y la traza nos dejó estupefactos de inmediato. Pero había un pequeño problema: NO había mercados, tiendas de comestibles, restaurantes, bares ni ningún zona para conseguir comida cerca. Volvimos al coche y decidimos ir a la caudal, Willemstad, aunque sólo teníamos en nuestras manos un rudimentario atlas de la isla. Otra hora de camino y algunos giros equivocados luego, llegamos a la ciudad. Ya sintiéndonos mal por el deseo, comimos en el primer McDonald’s que encontramos destapado, pero, para nuestra burla, era lo único que estaba destapado allí el domingo. Sin encontrar dónde comprar comida, al menos aprovechamos para ver uno y otro ‘lados’ de Willemstad, que está dividido por un canal. Cada costado (Otrobando y Punda) está conectado por dos puentes. Uno de ellos, innovador y enorme, se utiliza para los cruces diarios de vehículos y ofrece una hermosa traza de toda la caudal. El otro es el insigne puente flotante, que sólo se puede cruzar a pie y que se ha conservado más admisiblemente como atractivo turístico. La estructura está construida sobre una serie de barcos, que la mueven a medida que pasan los barcos (es divertido pararse sobre ella cuando suena la alerta y moverse con ella). Otra postal de la ciudad todavía se ubica a orillas del canal: las casas coloniales holandesas. Los edificios de principios del siglo XVIII están pintados con todos los colores del curva iris y están catalogados por la Unesco. Igualmente vimos varios restaurantes y bares y planeamos regresar una indeterminación para engullir allí. Pero necesitábamos solucionar el problema alimenticio en ese momento y retomamos el camino. Al salir de la ciudad, de nuevo por la autopista, finalmente encontramos un gran supermercado destapado el domingo. Compramos todo lo que necesitábamos para esa semana y regresamos, agotados, para sobrevenir una merecida indeterminación de sueño en Westpunt.
Día 2 – Lunes, 21/03/2011
Nos levantamos temprano, desayunamos en el oteador con traza a un impresionante mar zarco y nos pusimos en camino en escudriñamiento de la primera playa de nuestro itinerario: Groote Knip o Playa Abaou. A diferencia de la mayoría de las playas de Curazao, ésta no está privatizada y no es necesario acreditar entrada. Algunas palapas –típicas sombrillas hechas de paja– se encuentran distribuidas por toda la zona, a disposición de quien llegue primero. El zona es precioso, una bahía de arena caliza muy blanca enclavada entre dos rocas. El mar es de un zarco fluorescente como no lo había conocido en ningún zona del Caribe. Intentamos hacer snorkel, pero no había vida flota para ver allí, tal vez conveniente a las aguas turbulentas. Nuestro software se ‘limitaba’ a bañarnos de sol y mar frente a tanta belleza. A la revés paramos en otra playa, Jeremi. La pequeña cala enclavada entre rocas fue anunciada como el marco del mejor atardecer de la isla. Y eso fue. El divo rey descendió exuberantemente cabal en medio de las aguas teñidas de naranja mientras las tranquilas aguas bañaban nuestros pies, en un espectáculo inolvidable. El software de la indeterminación consistía en soplar cerveza fría y engullir sándwiches mientras se escuchaba el mar rompiendo bajo el abismo de la posada. Y esa quietud nos gustó tanto que solo salimos una vez durante toda nuestra estancia a cenar.
Día 3 – Martes, 22/03/2011
Nos dirigimos a la tercera playa del itinerario, ésta votada por muchos como la mejor de Curazao. Cas Abao es privado, con un enorme estacionamiento apto, arrendamiento de sillas y sombrillas y un excelente bar que vende snacks y almuerzos. Todo se paga por separado, desde la entrada hasta el infraestructura y la comida, pero la estructura merece la pena. Encontramos un zona cabal al borde del agua en varios tonos de zarco turquesa y pasamos allí un día inolvidable, regado con cerveza fría (Heineken y Amstel) y snacks holandeses. Encima de contemplar el impresionante mar, que es casi ficticio perderse, Cas Abao es ideal para interminables horas de snorkel y ofrece una plataforma flotante donde tomar el sol en medio del océano cuando te quedas sin aliento.
Día 4 – Miércoles, 23/03/2011
Si Cas Abao es todo tonos de zarco, el color de Playa Porto Mari es el verde. Aunque es mucho más «cartuchón» que su vecino, es igualmente hermoso y, adicionalmente, privado, ofrece prácticamente la misma estructura. La diferencia es que, en zona de una plataforma flotante, en Porto Mari hay un parada. Pero disfrutamos haciendo snorkel allí más que en cualquier playa del Caribe, ya que las aguas cristalinas son súper poco profundas y los peces de colores llegan hasta la orilla del mar, en grupos, a veces rodeando y siguiendo a las personas, como están acostumbrados a los turistas que darles comida para atraerlos. El final del día trajo algunas nubes y terminamos saliendo antiguamente del final de la tarde, ya que el agua se volvió demasiado fría para bucear. Regresamos a tiempo para contemplar el atardecer desde nuestro oteador: cero nos separaba del horizonte donde se hundió la hipérbole de fuego, y brindamos muchos por esa hermosa traza.
Día 5 – Jueves, 24/03/2011
Teníamos dos días más de programas gratuitos en Curazao y decidimos que no íbamos a explorar nuevas playas, sino servirse las que nos habían encantado. Así que regresamos a Cas Abao en escudriñamiento de más mar turquesa y poltronería en la plataforma flotante. Por la tarde fuimos a Willesmtad a ver a algunas personas. Tomamos bebidas coloridas con el insigne ron verde de la isla y cenamos en el Iguana Café. Situado cabal al borde del canal, el zona nos brindó una hermosa traza de las casas holandesas iluminadas y el puente flotante.
Día 6 – Viernes, 25/03/2011
Encima de playas paradisíacas, Curazao cuenta con un centro de remisión para el entrenamiento de delfines, la Dolphin Academy, que se encuentra al sur de Willemstad. En Internet habíamos reservado previamente uno de los ‘encuentros’ con estos animales (el enlace está en los Sitios de Narración). Nosotros optamos por hacer snorkel en el tanque, ya que en aguas abiertas el precio era muy elevado. El zona está internamente del Pecera del Mar -que reúne en tanques a varias especies marinas- y llegamos temprano por miedo a equivocarnos. Anejo al resto de participantes en el ‘discusión’, nos instruyeron sobre cómo tratar a los delfines y qué precauciones tomar, ya que, a pesar de su primoroso aspecto, pueden volverse peligrosos si se sienten amenazados. Luego nos llevaron al tanque con equipo de snorkel y nos presentaron a los animales. Puedes acariciarlos, nadar agarrando sus aletas e incluso admitir un ‘beso’. No está permitido arrostrar cámara y el costo de las fotos es harto detención, por lo que optamos por quedarnos solo con el DVD y extraer las imágenes de este software, que considero imperdible para cualquiera que vaya al país. Seguimos paseando por las instalaciones del Sea Aquarium y vimos los coloridos flamencos típicos de la isla antiguamente de partir. Pasamos el resto del día en Sea Aquarium Beach, que está al costado. Privado, está formado por un valedor de mar entre rocas que lo separan del mar destapado. Las aguas son muy tranquilas y agradables, y la playa es acogedor, llena de cocoteros, bares y restaurantes.
Día 7 – Sábado, 26/03/2011
Disfrutamos de nuestro postrero día en la isla regresando a Porto Mari para disfrutar de la mejor dosis de sol, un mar en mil tonos de verde y hacer snorkel. Al final de la tarde nos duchamos allí y, con las maletas en el coche, nos dirigimos con destino a el aeropuerto, llevándonos algunas de las imágenes más bonitas de nuestras vidas.